5 momentos de la verdad trabajando como copywriter desde 2013

Hoy no voy a hablarle sobre el concepto de momentos de la verdad aplicado al marketing, servicio al cliente o al customer journey; sino que quiero comentarle sobre los momentos de la verdad trabajando como copywriter que han marcado mi vida durante los últimos 9 años.

Esa idea de “momento de la verdad” la elegí para el artículo de este mes pues, desde 2013, en septiembre celebro algo muy parecido a un segundo cumpleaños, ya que fue cuando comencé a trabajar por mi cuenta con la Trastienda; y eso cambió mi mundo en muchos sentidos.

Desde entonces, año con año, aprovecho esta ocasión para escribir algo un poco más personal, primero para dejar por escrito algo especial que he pensado o sentido a propósito de cada nuevo aniversario; y también para compartir con usted, que me regalas un poquito de su tiempo, algo que espero le anime o le ayude.

Por tanto, a continuación, voy a contarle sobre 5 momentos de la verdad trabajando como copywriter que han representado vivencias críticas y cruciales, en las que me enfrenté a mí misma, a las circunstancias y a muchas cosas más.

UNO. La decisión de reinventarme profesionalmente

Este fue el principio: decidir a qué quería dedicarme después de más de 12 años trabajando como periodista, publicista, jefe de marca, gerente general de una firma de consultoría en comunicación y jefe de mercadeo en un banco, entre otros puestos y actividades, y en diferentes países.

Sé que solo el hecho de tener la oportunidad de elegir fue un privilegio, una auténtica bendición, y hasta el día de hoy me siento profundamente agradecida por haberlo hecho.

Pero una vez que la euforia pasó, también sentí el vértigo de dar un salto de fe.

Los dos expertos extranjeros que me asesoraron tras decidir que me dedicaría al copywriting profesional, me advirtieron que me estaba anticipando a las necesidades del mercado salvadoreño y centroamericano que, en opinión de ambos, adoptan cambios y tendencias con más de un lustro de retraso. Por tanto, dijeron que tenía por delante un largo camino de evangelización, no solo de trabajo. ¡Y así ha sido!

¡¡¡Recuerdo cuando me preguntaban si era abogada especializada en derechos de autor (por la similitud fonética entre los términos copyright y copywriting)!!!

No obstante, he sentido la mano de Dios sosteniéndome, así como la confianza de clientes maravillosos de diferentes sectores, desde el día uno.

Echando la vista atrás puedo asegurarle de que cada uno de ellos ha sido decisivo para llegar hasta aquí y también les estoy profundamente agradecida.

DOS. Descubrir la magnitud de la revolución digital

Me cuesta reconocerlo, pero 9 años atrás estaba bastante atrasadita en cuanto al impacto de lo digital en la comunicación y en la gestión de las marcas.

Conocía lo básico, las generalidades; pero el día a día me había tenido desbordada y sin espacio para nada más.

Así que, primero, me maravilló la enorme evolución del rol de los copywriters en esta era del marketing digital y de contenidos en Estados Unidos, Reino Unido y España, por solo mencionar unos cuantos países.

Luego tuve que desaprender muchas cosas y aprender muchísimas otras más. Estudié, leí e investigué a un ritmo frenético; tenía hambre de recuperar el tiempo y me familiaricé con el aprendizaje virtual mucho tiempo antes de que la pandemia lo hiciera con todos.

Hoy en día ya he armado mi propio sistema para mantener un flujo constante de nueva información a fin de tratar de mantenerme actualizada, y sigo puliéndolo sobre la marcha siempre que puedo.

TRES. Crisis por agotamiento

Y como los extremos nunca son buenos, mi cuerpo cedió ante el cansancio.

La alarma comenzó cuando un día amanecí con mi ojo izquierdo estallado en sangre por un cambio de presión arterial.

Después de meses de escribir y de realizar los proyectos de diferentes clientes, compaginándolo con estudiar intensamente, además de cuidar a mi familia y atender tareas administrativas, terminé con un trastorno del sueño que, con la ayuda médica adecuada y mucha paciencia, pude corregir.

Aprender a parar, a vivir con otro ritmo, sin tanto afán y poniendo límites sanos, también requiere esfuerzo.

Y en esa adaptación una vez más los libros han salido en mi auxilio: ahora, cuando mi cerebro quiere seguir a toda marcha en lugar de dormir, leo una novela (en papel, ¡por supuesto!) o sobre cualquier otro tema libre, entonces eso me serena y me prepara para un descanso reparador.

CUATRO. Aprender a leer más rápido

Dudé si incluir o no este tema en esta selección especial de los momentos de la verdad trabajando como copywriter. Siento que es un poco menos relevante que los demás jejejejejeje.

Pero también me ha ayudado mucho, sobre todo en diversos proyectos en los que he pasado semanas leyendo y organizando información antes de ponerme a escribir. Y es que ser copywriter significa leer e investigar mucho, más del 60 % de mi tiempo.

Soy formadora acreditada por INSAFORP también desde 2013, y para renovar dicha certificación suelen pedirnos participar en diferentes cursos, además de someternos a ciertas evaluaciones.

En uno de esos procesos, fue obligatorio tomar un curso de lectura rápida. De entrada, el requerimiento me pareció interesante, pero el volumen de trabajo me impidió comenzarlo con suficiente entusiasmo.

Desde que estudié la carrera y la maestría aprendí a leer con bastante rapidez y me sentía satisfecha con ello. Pero ese curso me ayudó a mejorar.

En ese momento fue un regalo inesperado y ahora se lo comparto pues, si tiene oportunidad de tomar un curso similar, o de pulir esta habilidad por cualquier otro medio, le animo a aprovecharla.

El mundo digital en el que vivimos exige leer mucho, en todo momento, y a través de todo tipo de soportes y medios.

CINCO. Reconocer el valor del presente

Mi papá falleció a causa del COVID-19 en 2021.

Lo escribo, lo leo y aún me parece que es una horrenda pesadilla de la que no me aguanto por despertar. Pero es real y aún sigo comprobando cada día que ese hecho partió mi vida en dos: con y sin él.

Y hasta que lo perdí caí en la cuenta de que mi papá es la única persona que he conocido que supo descifrar lo que muchos buscamos: encontrar la felicidad en el día a día, en el presente, con lo que hay, en las cosas simples.

Él era feliz jugando con sus nietos, tocando guitarra, con un buen cafecito cada mañana, preparando refrescos naturales, abrazando a mi mamá.

Con él vi la maravilla de estar alegre donde sea, con quien sea y haciendo lo que debía y/o podía un momento a la vez.

Y he decidido seguir su ejemplo, fallando y tropezándome con frecuencia; pero quiero aplicarlo en todos los aspectos de mi vida, incluyendo mi trabajo como copywriter.

Así que ahora, por ejemplo, cuando paso horas leyendo, revisando documentos o recopilando insumos, me dedico a disfrutar ese presente, sin ofuscarme por “resolver” cuanto antes los textos que debo crear y entregar. Y de igual manera lo aplico en muchas otras actividades más.

Puede sonar fácil; pero pruebe y calcule cuánto tiempo pasa pensando en lo que ya fue y/o en lo que será, desenfocándose del ahora.

¿Cuál es el mejor día de la vida? HOY.

¡Gracias por todo, papito!

Entonces, ¿qué le parece si trabajamos juntos(as) para que usted sea el mejor copywriter que su marca necesita? ¡Platiquémoslo por aquí!

¡Hasta la próxima!

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